El Perro y la Galleta es uno de esos sitios en los que pasan las horas sin darte cuenta. Su acogedor y original comedor (a continuación lo comprobaréis vosotros mismos) invita a tomarte un café, después otro y, sino hay un tercero, es porque pretendemos conciliar el sueño por la noche.
El propio nombre revela dos de sus singularidades. Lo del Perro, no creáis que es un simpático nombre que han elegido sin más, sino que, lejos de lo habitual, permiten la entrada a nuestros más fieles amigos. Pero además (ojo al dato) al entrar les ofrecerán un bebedero para que se sientan como uno más. Por si no había quedado claro que los perros son los reyes de la casa, no tenéis mas que fijaros en sus paredes, cojines, esquinas, que están decoradas con elegantes canes.
En cuanto a la Galleta, supongo que es más fácil de adivinar. En este caso, hace referencia a que su carta está repleta de galleta, tanto en platos salados (berenjenas o flautas de pollo) como en sus postres. Recomendamos la Tarta de Mamá y la Tarta de queso.
Es un lugar perfecto para merendar y saciar el mono de dulce que de vez en cuando a todos nos ataca, pero también es una perfecta opción para comer (tiene unas grandes cristaleras desde las que se ve el Parque del Retiro, todo un lujo) o para una cálida cena. Desde nuestra más humilde opinión, creemos que aún le falta rodaje a la carta pero el Atún picante sobre base crujiente de arroz, straciatella y tartar de tomate nos sorprendió gratamente y como no, los postres, que son su punto fuerte, una maravilla para los más golosos.





